Se trata de un imponente velero que con justo orgullo representa a nuestra nación ante el mundo y surca los mares y océanos, llevando una tripulación muy entrañable, los estudiantes que concluido el aprendizaje, serán los futuros marinos y oficiales de la Marina Armada de México.
El pasado 24 de mayo llegó por 4 días a San Diego, Ca. y como en todos los puertos del mundo que visita, los medios de comunicación dedicaron muchas notas y reportajes en las cadenas de televisión e invitaron a los residentes de California y Baja California, para que, sin costo, lo visitaran y convirtieran el recorrido en una oportunidad de convivencia familiar.
De Tijuana y Ensenada principalmente. llegaron muchos adultos con sus pequeños hijos y disfrutaron de un recorrido por la cubierta, constatando las magníficas condiciones de todo el equipo…¡hasta parecía recién sacado de los astilleros! Con toda libertad se tomaban fotos e invitaban a los jóvenes miembros de la tripulación a posar con la familia.
Los cadetes amables, impecables con sus uniformes, respondían con conocimiento a las peticiones sobre nombres, sitios, áreas y todo lo que veían como parte del equipo de este Buque Escuela. La enorme bandera mexicana ondeaba con el aire y lucían imponentes las altísimas velas.
El velero escuela a lo largo de 4 décadas, ha formado a más de 30 generaciones de capitanes, oficiales, cadetes y personal de clases y marinería. Su tradición marinera apuesta a las velas, los cabos y la navegación celestial y sus casi 300 tripulantes cumplen valores como el honor, el deber, la lealtad y el patriotismo.
La oportunidad de los visitantes es única para conocer a la tripulación (estudiantes en su mayoría) integrada por jóvenes, serios, atentos, educados y comedidos a responder las innumerables preguntas e inquietudes de los visitantes. No todos tienen esa oportunidad, solo quienes viven cerca de los puertos del mundo en que atracan y siempre invitando a que visiten el Buque Escuela. (lep)
Subimos con curiosidad…bajamos con orgullo
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