Experiencia Personal
Cuando empecé a trabajar para Red Social, nunca me imaginé que este hecho me marcaría tanto en lo profesional como en lo personal. Reconozco que conocía poco de las actividades que realizan las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC´s) en mis anteriores empleos, porque si bien es cierto que había laborado en medios locales como nacionales, me había tocado cubrir información referente a política, empresarial, policiaca, entre otras fuentes, y en muy pocas ocasiones había realizado entrevistas a representantes de las OSC´s.
Durante todos estos años de laborar para Red Social, ha sido una experiencia muy gratificante confirmar que hay personas que entregan su vida, tiempo y recursos para una causa y logran ayudar a algún grupo vulnerable, llámese niños abandonados, adolescentes, madres solteras, personas de la tercera edad, y la lista es larga ante las necesidades que existen en la sociedad. Estas personas realizan un trabajo que no lleva a cabo ninguno de los niveles de gobierno, ya sea municipal, estatal o federal, y tampoco reciben ningún apoyo económico porque los pocos recursos que les llegan a otorgar las autoridades, en realidad resultan insignificantes para la magnitud del trabajo que realizan las OSC´s.
Y para ejemplo basta un botón: está el caso de las niñas, niños y adolescentes que viven en las casas hogar (ahora se les conoce como Centro de Asistencia Social CAS) en Baja California, donde se calcula que hay más de siete mil menores y que se encuentran aquí porque han sufrido abandono, abuso, maltrato o carecen de una familia que pueda hacerse cargo de ellos.
La mayoría de la gente piensa que las casas hogar las mantiene el gobierno y que las autoridades les proporcionan los recursos para que los pequeños tengan casa, alimentación, ropa y zapatos, educación, recreación, y salud, así como el pago de sueldos para las personas encargadas de cuidarlos y de los servicios de luz, agua, gas y predial. Y en caso de que el sitio que ocupe la casa hogar sea rentado, también las autoridades cubren este gasto.
Nada está más lejos de la realidad. Cada representante de una casa hogar tiene que buscar los medios para obtener esos recursos que hacen posible atender desde 15 niños hasta 50 o más menores. Si la casa hogar cuenta con un patronato, entonces tiene una estructura que le ayudará a conseguir los medios económicos; pero si carece de esta figura, corresponderá al director de cada institución buscar la manera de obtener el dinero para mantener la casa hogar, además de cumplir con las otras tareas que lleva a cabo.
Muchas casas hogar reciben el apoyo de iglesias o de organizaciones de Estados Unidos, afortunadamente vivimos en la frontera, y esto ayuda a atender a estos menores. Hay también personas o empresas generosas en Baja California que realizan sus aportaciones. Sin embargo, las necesidades son muchas y se requiere de más apoyo, ya que las casas hogar no tienen servicios médicos gratuitos ni tampoco psicológicos, por lo que tienen que pagar estos gastos cuando alguno de los niños se enferman.
A veces creemos que se requiere donar grandes cantidades de dinero para poder ayudar a estas organizaciones, no se trata de eso. Tal vez la fórmula sería que muchas personas donáramos aunque sea poco, pero de manera constante, para contribuir de alguna manera a que las diversas OSC´s reciban apoyo.
En una ocasión me comentaba la directora de una casa hogar, que había solicitado su apoyo al público para obtener recursos económicos y la respuesta llegó de quienes menos esperaban: un grupo de trabajadores de una maquiladora se organizó para destinar mensualmente una cantidad de dinero para esta organización y como era un buen número de trabajadores, esta casa hogar recibió mensualmente una cantidad que les ayudó a cubrir algunos gastos durante un año, que fue el periodo que ellos se comprometieron a ayudar.
Recuerdo que una vez visitamos un asilo, nos habíamos organizado en un grupo para realizarles un convivio con comida, música, juegos y regalos. Cuando llegamos tuvimos que instalar mesas y sillas y decorar el patio. Al principio los adultos mayores que vivían ahí no participaron. Después con la comida y la música se alegraron, y algunos hasta cantaron.
Uno de los adultos, quien al principio estaba hosco, fue de los que más cantó. Le dije que si quería escuchar una canción en especial y me dio el nombre. La interpretó con mucho sentimiento. Al finalizar el convivio, todos los abuelitos nos ayudaron a recoger las cosas y su actitud había cambiado. Dos meses después de esa reunión, me enteré que el abuelito que con tanta emoción había cantado, había muerto. Me quedé con su recuerdo de ese día y con la sonrisa que tenía al finalizar el convivio.
Donar dinero o tiempo a estas organizaciones, con la que usted mejor se identifique, harán la diferencia en la vida de alguien. Puede apoyar a menores de las casas hogar, a madres adolescentes, a personas de la tercera edad, a infantes con autismo, cáncer o VIH, entre otros. La lista de los grupos es larga y usted puede decidir a quién le dará su respaldo.
Siempre he pensado que da el que quiere, no el que tiene. Y esto no es crítica, solo es cuestión de decisión. Hay gente que tiene pocos recursos, pero siempre está dispuesta a ayudar. Hay personas que tienen dinero y no les interesa apoyar.
¿Si supiera que con lo que usted done de corazón podría hacer la diferencia en la vida de un niño o de una persona, a poco no lo haría?.
Nota de la Dirección.
Eva Solis, comparte su experiencia
de su trabajo en Red Social
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