
El pasado 14 de diciembre el orgullo tijuanense, entregó su alma al Creador, con esperanza y tranquilidad. Musico desde pequeño, la guitarra fue su instrumento para comunicar esa sensibilidad con tonos y sonidos que lo hicieron, tras muchos años de esfuerzo, un triunfador.
Ya los medios de comunicación, nacionales e internacionales dieron cuenta de su interesante carrera como intérprete y maestro de varias generaciones. Nos enteramos que a los 14 años dedicaba varias horas a tocar su guitarra, en alguna de las bancas del histórico Parque Tte. Miguel Guerrero, ubicado a escasa cuadra y media del hogar familiar. Ahí lo escuchó Carlos Santana que entonces tendría 11 años.
Cuenta la historia que el niño Santana, tímido como era, no se atrevía a acercarse al joven músico y tuvo que llevarlo su mamá, la señora Josefina Barragán a casa del adolescente guitarrista para pedirle que le diera clases. Batiz, con esa sencillez e informalidad que demostró toda su vida, aceptó ser su maestro. Quedó sorprendido de los sonidos que el pequeño lograba sacar de la guitarra. Aprendió inmediatamente y al poco tiempo expresó: ¡Carlos es un genio!
Pues ese genio al pasar los años y convertirse en una gran figura, se mostró ambivalente, sobre la importancia de Batiz en su vida, como maestro. Pero no hay duda respecto a la importancia que significaron los años de enseñanza entre 1958 y 1963. Primero como alumno de excepción, como lo recordaba el músico tijuanense, luego en el Grupo Tj´s que integró Batiz tocando en el Convoy Club.
Ya en los años recientes, con el regreso a su natal Tijuana, tuvo mayor acercamiento con su alumno que desde muchos años atrás, residía en los Estados Unidos. Entonces sí reconoció lo importante que fue en su enseñanza.
Justo en el año 1963, Javier Batiz decidió irse a la Ciudad de México, aceptando la invitación de los hermanos Tena, integrantes del Grupo Los Rebeldes del Rock. En una visita a la ciudad se impresionaron por su forma de tocar la guitarra y en la primera oportunidad lo invitaron a que se integrar a Los Rebeldes. Esa decisión fue importante pues ahí pudo llegar con esa extraordinaria forma de interpretar el rock y el blues, a contribuir con ese gran movimiento musical.
Lo inició en Tijuana… sentó las bases de ese movimiento musical. Y fue en la ciudad de México donde consolidó su fama, convirtiéndose en un ícono del Rock en nuestro país.
Pero esa otra historia, ya fue contada con exactitud, en fechas recientes, cuando Javier Batiz dejó de existir físicamente. Siempre será recordado por sus seres queridos y sus seguidores.
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