Con la tardía entrada de la primavera y muy pronto la llegada del verano, los buenos aficionados a las Tardes del Danzón ya están poniendo a punto el elegante vestuario que usarán. Las damas con sus vaporosos y coloridos vestidos, sin faltar los altos tacones imprescindibles para lucir los pasos sincronizados con sus caballeros, siempre de vestir elegante, alguno que otro con saco largo que recuerda al Pachuco Tin Tan, zapatos de dos colores y por supuesto una larga leontina.
Las autoridades culturales de Tijuana, ya están detallando cómo coordinarse para esas exitosas Tardes de Danzón, que durante años se han movido, entre El Cubo del CECUT y el auditorio al aire libre situado a espaldas de las oficinas de la Delegación de la Secretaría de Cultura, al sur del Palacio Municipal de Tijuana y junto a lo que durante más de 50 años fue el edificio central del Gobierno del Estado.
Desentrañar ese gusto de las personas mayores, principalmente, por el danzón, está en manos de los buenos cronistas. Tijuana con sus casi dos millones de habitantes tiene seguidores para todos los ritmos musicales. El rock sigue siendo el canto y baile para los jóvenes y los adultos jóvenes. Pero el danzón llegó para quedarse en el gusto de distintas edades. No es raro ver a un padre de familia, enseñando a bailar a su pequeña de 10 o 12 años de edad. Con ello están creando el gusto de las nuevas generaciones.
Quizá ahorita no, pero conforme la juventud se vaya adueñando de las pistas públicas para disfrutar del danzón encontrarán en este rito cosas muy características: elegancia y cadencia. Lo primero ya lo mencionábamos hombres y mujeres con sus elegantes atuendos, se ven distinguidos desplazándose a lo largo y ancho de la pista. Y la cadencia es ese mover los cuerpos en forma simétrica y muy coordinados. Siguen cada nota musical totalmente sincronizados en el movimiento de sus cuerpos. Por eso, cada año están pendientes de las Tardes del Danzón.
Algo de la historia de este baile
La historia del danzón tiene características especiales. Surgió como resultado de la transculturización de la contradanza europea. Esta influencia llegó a Cuba a principios del siglo XVIII gracias a las cortes españolas. La toma de La Habana por los ingleses en 1762 y la migración de los colonos franceses del siglo XVIII, negros y mulatos de Haití a Cuba a finales de ese siglo, también contribuyeron a su desarrollo.
Aunque mantuvo influencias afro en su ritmo, el danzón permitió una mayor libertad expresiva para las parejas de baile. A México llegó el danzón entrando por Yucatán y Veracruz alrededor de 1890. Y a Tijuana aproximadamente e principios del 2000, causando gran entusiasmo entre las personas mayores, que seguramente lo bailaron en su juventud.
Pue el danzón estará nuevamente en el presente año para que sea disfrutado por los buenos y elegantes bailarines. (lep)
Informes sobre la temporada solicitarlos al CECUT 664 687 9600
Y a la Secretaría de Cultura – Tijuana 664 684 8609 y 664 900 6260
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