CASA DEL ANCIANOSAN VICENTE, A. C.

Tecate, B.C.

Esta obra extraordinaria es resultado del interés y sensibilidad de un grupo de damas tecatenses decididas a proporcionar un hogar, con todos los servicios necesarios para los ancianos desprotegidos. En este año, la institución está celebrando 40 años de la fundación en 1985.

En realidad, como tantas personas buenas, ya contribuían con su granito de arena, ayudando a grupos necesitados.  Especialmente acostumbraban visitar ancianos enfermos, sin protección de sus propias familias, sin suficientes recursos para cumplir adecuadamente. Por eso les llevaban alimentos, ropa, algunas veces medicinas y especialmente el testimonio de que en Tecate había gente que se interesaba por ellos. Por ahí, un sacerdote amigo les comentó que deberían hacer un Asilo de Ancianos. Otro sacerdote amigo, les hizo ver que el asunto era un tanto complicado, difícil de realizar.

Quizá esto último les sirvió de acicate al grupo de damas, pues se pusieron a trabajar en dos cosas importantes: conseguir un terreno y dinero para levantar las instalaciones. Para lo primero contaron con la generosidad de la familia de Don Ignacio Guajardo, que les entregó el terreno, con la única condición de no variara su objetivo, que solo fuera para el servicio de los ancianos vulnerables.  Y lo del dinero no fue nada fácil, pero como ha sido la costumbre de ellas en el pasado y presente, se pusieron a organizar todo tipo de actividades para reunir lo suficiente y construir ese hogar digno para los ancianitos.

Por ser un grupo católico ya estaba organizado. Tocó como presidenta del Patronato del grupo fundador a la señora Socorrito Méndez Sayas de Fimbres, quien fungió hasta el 2019, pasando la estafeta a doña Cristina Pacheco quien coordinó todas las actividades, en esos tiempos especialmente difíciles, para la captación de los recursos que permitieron seguir dotando de todo lo necesario para que las abuelitas y abuelitos (por fortuna desde la idea, consideraron que el asilo fuera mixto) tengan una vida tranquila, armoniosa y de ser posible, feliz.

Es justo recordar que los servicios geriátricos son particularmente costosos. Basta conocer las instalaciones de este hogar para abuelitos, para felicitar a todo este grupo integrado por generosas damas que han sabido hacer el bien, si cansarse. Lógicamente las integrantes han ido variando, porque unas ya han fallecido, pero el generoso grupo ha tenido inteligencia para invitar a otras damas, amigas, descendientes de las fundadoras, que a todas anima el amor por sus semejantes.