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Editorial/ Diciembre 2024

Javier Prieto A.





Expresó en una ocasión un despistado funcionario de la Secretaría de Desarrollo Social Municipal de Tijuana que habría que “premiar” (sic) a los Consejeros Ciudadanos que integraban, hace poco, el Consejo Municipal de los OSC´s. (COMOSOC). Supuestamente, como eran voluntarios, el premio consistiría en que “se les aprobaran automáticamente” sus proyectos presentados ante ese Consejo. Esta afirmación suscitó inmediatamente la oposición de varios consejeros municipales que sostuvieron que, quien entendía bien lo que es el voluntariado, jamás admitiría tal “premio” ni se prestaría a esa sugerencia, por considerar que se cometería una injusticia con las organizaciones del voluntariado que deberían ver calificados objetivamente sus proyectos en igualdad de condiciones con todas las demás organizaciones que solicitaban fondos públicos.

            Por fortuna, la discusión y la votación fue ganada por quienes sostenían y siguen sosteniendo que en el voluntariado debemos dar sin interés alguno y que lo que damos cada uno de nosotros a los demás no busca intereses personales, sino que nuestras acciones buscan el bien común, la justicia y la solidaridad para quienes más nos necesitan, que son los más pobres y que había que calificar los proyectos de manera imparcial, considerando mejor a los que sirvan a más personas y necesitan con más urgencia de los recursos. Esto, principio del voluntariado está desarrollado con mayor hondura en el siguiente artículo que transcribimos: 

El altruismo es mucho más que dar. (Por Jorge Enrique Mújica, Colaborador de Mujer Nueva, 2010-02-15)

Publicaba la página en castellano de la BBC de Londres una entrada titulada “Famosos: ¿buena voluntad o sed de fama?” como queriendo suscitar la reflexión en torno a las acciones de estrellas de la música y del cine a favor de los desfavorecidos. Y al parecer lo logró pues los comentarios de los lectores no se hicieron esperar, disparando todo tipo de apologías a favor o en contra de personajes concretos.

Más allá del si es altruismo o búsqueda de fama, me parece más interesante ahondar en la coherencia de vida, independientemente de quién se trate. Seguro que apoyar económicamente causas nobles por aquellos hermanos nuestros que más lo requieren es algo no sólo bueno sino necesario. Pero si eso significa un paliativo para “amodorrar” las conciencias y luego desfogarse moralmente pues como que entonces ya hay algo mal.

Por otra parte, el mero hecho de apoyar causas presentadas como buenas no significa que lo sean. No son pocas las políticas de la ONU (a través del Fondo de Población, de la UNESCO, etc.) que impulsan el control de la natalidad a través de medios cuestionables o incluso sin el consentimiento de las personas. Y en eso suelen tener que ver algunos de sus embajadores (y conste no decimos nombres pues no se trata de eso).

El altruismo es mucho más que dar. Significa darse. Altruismo es procurar el bien ajeno aun a costa del propio. Y, sin ese ingrediente, las cosas no saben igual de sabrosas.

 

Publicado en enero del 2003. En memoria del Lic. Javier Prieto Aceves, su autor.

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