Editorial en dos tiempos/Junio 2025
- Javier Prieto A.
- 2 jun
- 3 Min. de lectura

1.- Actitudes generales de numerosos políticos:
A.- Legisladores locales que, a casi dos meses de la entrega de una iniciativa ciudadana nuestra, y que prometieron -algunos de ellos como candidatos- “hacerla suya” Y DARLE TRÁMITE, si eran electos diputados, aún no celebran una sola reunión para examinarla ni dictaminarla, ni nadie de los promitentes, cuyo compromiso grabamos, ha suscrito, ni siquiera en lo general, la iniciativa mencionada. No se le da trámite. ¿Tortuguismo? ¿Congeladora? ¿Simple e irresponsable incumplimiento de una palabra dada? No se sabe. Los escritos que han recibido no los contestan. A las peticiones verbales dicen que sí, pero nunca dicen cuándo ni han actuado en ningún sentido para nada, hasta esta fecha. El artículo 8º constitucional: ¡Bien gracias! La responsabilidad de legislar: ¡No hay tiempo!
B.- Funcionarios administrativos y diputados locales asumen, una vez tomado el poder, la actitud de dispensadores de favores. Les gusta que les pidan e inclusive que les rueguen, aunque su desempeño sea ética y jurídicamente obligatorio, e inclusive urgente, para la labor tan delicada que desempeñan. Esto se ha traducido en retrasar la firma de convenios, la aprobación de convocatorias y las entregas de recursos aprobados legalmente en favor de quienes más lo necesitan: los que padecen injusticia y necesidad; los que quieren salir del retraso y de la desigualdad económica y social, de las discapacidades y las dependencias, etc.
C.- Los fondos destinados a aminorar la injusticia social prevaleciente y a subsidiar a quienes tienen derecho porque padecen injusticia, son retrasados, cuando no otorgados a organizaciones de personas que, o son influyentes, o se pliegan dócilmente a los funcionarios. El intercambio corrupto de favores va directamente en contra del bien común y de la democracia que ya nació en México, Y también, por supuesto, de la transparencia que aún no se consigue para el manejo de los fondos para la asistencia pública y para el desarrollo social.
2.- Conclusión:
Creemos que los políticos de todos los partidos, y los partidos mismos, deberían ya saber que nuestro TERCER SECTOR, el de las organizaciones no lucrativas no está a favor ni en contra de ningún partido ni gobierno, y que no accede ni a los intercambios ni a ningún otro tipo corrupción. Rechazamos enérgicamente la vuelta a los favoritismos que tienen como costo el servilismo o la complicidad.
Nuestro Sector es, simplemente, INDEPENDIENTE, DEMOCRÁTICO, y ha hecho irrenunciable la búsqueda de la TRANSPARENCIA tanto interna como la de los GOBIERNOS.
Nuestro Sector y sus organizaciones tienen prohibido participar en elecciones o favorecer a ningún candidato ni partido. Los escuchamos y dialogamos con todos. Pero nuestros ciudadanos son libres y cada quien vota secretamente conforme a su conciencia. No damos apoyos partidistas. Ni intervenimos en campañas ni en elecciones.
Nuestro Sector lucha fervientemente porque todo gobierno y funcionario sirvan directamente a la justicia y porque cese ya el favoritismo y la pomposa soberbia o el desalmado favoritismo. Ya dejamos en el pasado el servilismo. Cuando pedimos algo, queremos contestación conforme al artículo octavo. Y cuando exigimos lo hacemos en el nombre de que los artículos constitucionales que se refieren a la planeación democrática se cumplan. Queremos que toda acción de gobierno, sea cual fuere el poder responsable de ejecutarla lo haga sin rodeos. Pasaron los tiempos de doblar el espinazo o de incorporar “contingentes” a los nuevos corporativismos incondicionales que los diversos partidos quisieran intentar de nuevo para ponerlos a su servicio…
Editorial publicado en junio del 2011. En memoria del Lic. Javier Prieto Aceves, su autor.
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